lunes, 21 de septiembre de 2015

Vacaciones por Galicia 2015- Quinto día, de Finisterre a Santiago de Compostela.

17 de julio 2015 de Finisterre a Santiago de Compostela.


El Faro Finisterre es conocido como el fin de la tierra. 

Hubo un tiempo (no hace más de mil años) en que se creía que el cabo Finisterre era el límite del mundo conocido, y que no había nada más allá, solo agua y alguna que otra bestia marina devoradora de marineros atrevidos “Mare Tenebrosum”.
Estas historias, se han quedo en lo que son, leyendas, pero si visitáis el faro de finisterre y os lo encontráis como nosotros, puedes llegar a pensar que algo de siniestro si que tiene. 

Lo que si es cierto, es que este lugar, marca el final del peregrinaje de aquellos que hacen el camino de Santiago.



Con el de Finisterre, damos por cerrada la ruta de los faros, quedan muchos por ver, pero será en otra ocasión. Ahora cambiando el rumbo y poco a poco, continuamos hacia el interior, primero Ezano, para disfrutar de su sensacional Cascada del río Xalla, el único en Europa que desemboca en le mar en forma de Cascada.

Subiremos al mirador, nos han dicho que tiene unas vistas fantásticas. Nos lo tendremos que creer. Como veis en las fotos si nos alejamos un poco de la moto la perdemos, no veas que niebla.

Seguimos hacia Carnota, allí se encuentra, uno de los Hórreos más largo de Galicia.

Este se ubica justo al lado de la iglesia de Santa Comba de Carnota (que como no, está cerrada) y del cementerio. Es curioso ver en la puerta de la iglesia lapidas en el suelo, fuera del cementerio.

 

Es la hora de comer, nos desviamos a Freixo, donde encontramos un restaurante, el O Taboleiro, donde nos preparan una paella marinera que no hay quien se la acabe, de grande y buena buenísima.


Como cuesta coger la moto después de comer, y con este calor más.

Dejamos la costa y nos dirigimos a Santiago de Compostela, al hotel Santiago Apóstol. Solo son las seis y media, así que nos aseamos un poco, dejamos las maletas y a ver la ciudad. Pasear por sus callejuelas y cenar en el casco histórico, admirar sus monumento, entrar en la universidad a disfrutar de una exposición fotográfica y por supuesto intentar ver la catedral, aunque con las obras y la fachada tapada no luce mucho.


Y ahora a descansar, que mañana nos espera la Ría Sacra y los Cañones del Sil.


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